viernes, 25 de octubre de 2013

Sexo vigésimico

Si tuviera que calificar la visión que del sexo tiene Madonna emplearía el adjetivo, que no sé si es un neologismo, vigésimico.
Si decimonónico se origina en el ordinal indicativo del siglo XIX y hace referencia –de manera, digamos, despectiva– a cualquier característica anticuada; vigésimico sería aplicable del mismo modo pero del siglo XX. Conste que no hablo de los rasgos de Madonna, ya no tiene.
[Tormenta previsible de humillados y ofendidos. No hay razón]
Madona me cae bien, he ido a un concierto suyo, me he comprado alguno de sus discos –e incluso singles–, pero no soy un devoto. Por eso he tomado el paso, tal vez arriesgado, de opinar sobre ella. Tal ve me quede sin amigos en el blogger, instagram, facebook, etc.
Reconozco el papel que ha jugado en la normalización y visibilidad de lo gay. Nunca podremos estarle lo suficientemente agradecidos (o ella a nosotros, ha ganado una pasta con el marketing). Se lo debe. Reconozco su capacidad de reinvención, su perseverancia, su profesionalidad, su ambición, su olfato y su coolhunting, etc. A quien no reconozco es a ella. Tanto es así que muchas veces me ha dado por pensar que ella ya no es ella. Que llevada por el agotamiento, y cansada de la vida de estrella, ha convencido a su fan más fan (un hombre, claro) que la sustituya y así, ella, poder retirarse a una isla a comer y a engordar a sus anchas. Lo sospecho desde el Sticky & Sweet Tour y sus dos horas de clase de aerobic y playback. Porque cuando cantó en directo se notó. Y su cuerpo había prescindido de cualquier dimorfismo sexual.
Pero a lo que iba, mi opinión sobre la visión del sexo que dice tener Madonna. Pues me parece que es el de una señora mayor. No en vano tiene pocos años menos que nuestras madres. En la época del Sex, de sus consoladores en escenarios, de sus santos mandingos, etcétera, puedo entender que cierta gente se escandalizara y le encantara. Y muy especialmente, el principal consumidor de pop, las adolescentes. Pero claro, en unos años en los que ya se hablaba de hamsters y richargueres, que Madonna apareciera en vídeos y fotos besándose con las top-models del momento (qué ochentas eran las top-models) a mí daba un poco igual. Me parecía un poco exabrupto mainstream, tipo "caca, culo, pedo, pis". Pero a lo que iba, que me voy por las ramas, Madonna siempre ha aparecido como mujer. Aun vestida con esmoquin, pero sin una pizca del glamour de algo que Marlene había hecho 50 años antes, seguía pareciendo una mujer vestida de hombre.
Madonna no ha transgredido nunca el género/sexo, siempre ha sido mujer y, como mucho, lesbiana. Nunca la he visto como un drag-king (seguro que ahora alguien me corrige). No ha simulado, por ejemplo, ser un hombre como Lady GaGa en los MTv Awards como un Danny Zuko/Al Pacino cualquiera. De ahí que Madonna me parezca lo que es: una señora mayor (excepcional, eso sí), pero anclada en el siglo XX. Vigésimica.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con tu acercamiento a la figura de Madonna, está mayor y no lo digo como un insulto, es un hecho, aunque ella lo lleve fatal y ya, como bien apuntas, no tiene rasgos faciales; una pena, con lo expresiva y simbólica que es la arruga, es vida.
    Bsote

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  2. Cuando fuimos al concierto eso ya era visible. Aunque ella no quiera el paso del tiempo se le nota . Y también más de un gallo.

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