martes, 8 de octubre de 2013

A modo de introducción, prólogo o primera entrada

Ponerme a escribir y mantener un blog en pleno, casi acabado, 2013 es (pues no puede solo parecer) una idea completamente inútil cuando no disparatada. La primera pregunta que me viene a la cabeza es ¿por qué?; la segunda ¿para quién? y la tercera, que no la última, aunque no pasaré a detallar ninguna más, es: ¿con qué objeto?
La respuesta a la primera pregunta es, básicamente, seguir mi criterio de apetencia. Me apetece. No es el primero que abro y no sé si esperar que sea el último pues, energía no me sobra para abrir nuevos blog y dotarlos de contenidos. La segunda cuestión se responde de modo muy breve: para quien quiera leerlo. Y el tercer y último interrogante paso a explicarlo ahora. Para mi mera satisfacción personal, que será mayor si a otros también disfrutan con su lectura.
Otras cuestiones, no menores, a dilucidar en este primer texto son el título del blog y el tema del mismo. Nombrar a un blog “me cansa ser moderno” no viene sino a reflejar cómo me siento muchas veces cuando pienso en el pasado y observo a las nuevas generaciones y a aquellos que no logran despegarse de una Arcadia pretérita y sentimental que arrastran como una losa pero, no sé cuán gustosamente lo hacen. Me cansa sólo pensar en todo lo que hay que ver, leer, escuchar y experimentar para estar completamente al día e, incluso, adelantarse a lo que vendrá y ser (o continuar siendo) moderno* a cualquier precio.  Y esto me lleva al tema del blog. Si he de ser sincero, no lo sé. ¿Opinión personal? Eso llevaría a una pregunta: ¿a quién le importa mi opinión personal? Pero este no me parece un mal tema pues, quien acabe por leer esta entrada y las siguientes habrá llegado a este blog como aquel que encuentra una botella, con un mensaje dentro, en la playa (valga el manido tópico) y, tal vez, no le importe leer lo que pienso sobre diversos temas y asuntos. Ahora bien, sé de antemano que no definir el tema que trataré en estos escritos puede alejar a la base de lectores potenciales y debilitaré la imagen de marca y, también, algunos conceptos complejísimos de la ciencia del marketing… pero ya que cuento con la libertad (¿**?) de escribir lo que quiero, ¿qué más da?

(*) Suponiendo que valga esta posible acepción del término a la definición enunciada.

(**) ¿Existe realmente dentro de un entorno proporcionado por un conglomerado empresarial?

No hay comentarios:

Publicar un comentario