Ponerme a escribir y mantener un blog en pleno, casi
acabado, 2013 es (pues no puede solo parecer) una idea completamente inútil
cuando no disparatada. La primera pregunta que me viene a la cabeza es ¿por qué?;
la segunda ¿para quién? y la tercera, que no la última, aunque no pasaré a
detallar ninguna más, es: ¿con qué objeto?
La respuesta a la primera pregunta es, básicamente, seguir mi
criterio de apetencia. Me apetece. No es el primero que abro y no sé si esperar
que sea el último pues, energía no me sobra para abrir nuevos blog y dotarlos de
contenidos. La segunda cuestión se responde de modo muy breve: para quien
quiera leerlo. Y el tercer y último interrogante paso a explicarlo ahora. Para mi mera satisfacción personal, que será mayor si a otros también disfrutan con su
lectura.
Otras cuestiones, no menores, a dilucidar en este primer texto
son el título del blog y el tema del mismo. Nombrar a un blog “me cansa ser
moderno” no viene sino a reflejar cómo me siento muchas veces cuando pienso en
el pasado y observo a las nuevas generaciones y a aquellos que no logran
despegarse de una Arcadia pretérita y sentimental que arrastran como una losa
pero, no sé cuán gustosamente lo hacen. Me cansa sólo pensar en todo lo que hay que ver,
leer, escuchar y experimentar para estar completamente al día e, incluso,
adelantarse a lo que vendrá y ser (o continuar siendo) moderno* a cualquier
precio. Y esto me lleva al tema
del blog. Si he de ser sincero, no lo sé. ¿Opinión personal? Eso llevaría a una
pregunta: ¿a quién le importa mi opinión personal? Pero este no me parece un mal tema
pues, quien acabe por leer esta entrada y las siguientes habrá llegado a este blog
como aquel que encuentra una botella, con un mensaje dentro, en la playa (valga
el manido tópico) y, tal vez, no le importe leer lo que pienso sobre diversos temas
y asuntos. Ahora bien, sé de antemano que no definir el tema que trataré en estos
escritos puede alejar a la base de lectores potenciales y debilitaré la imagen de
marca y, también, algunos conceptos complejísimos de la ciencia del marketing… pero ya que
cuento con la libertad (¿**?) de escribir lo que quiero, ¿qué más da?
(*) Suponiendo que valga esta posible acepción del término a
la definición enunciada.
(**) ¿Existe realmente dentro de un entorno proporcionado
por un conglomerado empresarial?
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